Hace unas semanas, llegó a nuestro correo electrónico un mail en el que el Team Manager del equipo CEPSA, solicitaba información para la realización de una caricatura de su camión. Para nosotros era algo especial, el que el mejor equipo del Campeonato se pasease por Faltaban Cuatro Gotas para elegir el diseño final, con lo que, en un abrir y cerrar de ojos, nos habíamos puesto de acuerdo en todos los aspectos.
Armados de lápiz y goma, nos pusimos a realizar el boceto, cuando con el paso de los días de intercambio de mails para concretar pequeños detalles del diseño final, en uno de ellos leíamos una mágica frase cerca de la firma: “si os animáis a venir al Jarama, os consigo unos pases, invita la casa.”
La verdad es que ponerse a planear un viaje cuando tienes una oportunidad de este calibre se vuelve fácil, ya que los posibles problemas se solventan al instante ayudados por la emoción de darse un paseo por el paddock del mítico Circuito del Jarama. Pero la sorpresa fue mayor cuando al confirmar nuestra presencia allí acompañados de la caricatura, “nuestro” Manager Iván Cruz, nos dijo que “perfecto, así se la dais a Antonio en persona y le echáis un vistazo a nuestra máquina”. Tras las correspondientes llamadas y pellizcos para confirmar que no estábamos soñando, buscamos un hotel cerca del circuito y preparamos el viaje con una ilusión más, conocer a Antonio en persona y poder ojear al “mastodonte” al que lleva domando para Campeón de Europa FIA durante los dos últimos años.
El viaje en coche se antojaba tan pesado como la recta carretera que nos acercaba a Madrid, pero tras un leve paso por el Sur de la Comunidad, subimos hasta San Sebastián de los Reyes, donde tras una pertinente ducha, contactamos con Iván:
- Hola Iván, ¿cómo fue todo?
- Todo genial, ganamos las dos carreras pero hay algo en el camión que no nos gusta. El Campeonato está difícil, pero nos puede valer ganar mañana aquí en casa.
Tras concretar la hora y el lugar de encuentro, la cama nos curó el cansancio en siete escasas horas, para comenzar el día esperado desde hacía tiempo, el de nuestra primera carrera de camiones.
El segundero del reloj de la mañana, iba avanzando al compás del incesante goteo de aviones que abandonaban la T4, no muy lejos de nosotros cuando, todavía en la oscuridad abandonábamos el hotel en dirección al Jarama. A las 8 de la mañana sonaba el teléfono: - Buenos días, ¿cómo va todo? - Bien, Iván. Estamos de camino. – OK, yo voy a por vuestros pases…
Qué atento, pensamos y seguimos nuestro camino. De nuevo nuestro móvil sonaba:
- Dime, Iván. – No cojas la salida 24 que hay mucho atasco, usa la 28.
Otro detallazo que nos dejaba boquiabiertos y que además, no sería el último ya que, el que fuese la primera vez que asistíamos al circuito madrileño, hizo que el bueno de Iván nos guiase mil veces por teléfono para, por fin, tras mil vueltas, nos encontrásemos cerca de la entrada del recinto, para saludarnos personalmente y recibir nuestros pases. Más privilegiados nos sentíamos cuando nos comentaba que siguiésemos el M3 E-30 que conducía y que le había dejado su amigo Antonio Albacete y, nos pellizcamos otra vez.
Tras pasar los controles pertinentes, ya estábamos dentro y aparcados junto al BMW del Tricampeón Europeo, con lo que, lo primero que hicimos fue agradecer su atención a Iván y manifestarle nuestra intención de “no dar lata”. Ya que con nuestro retraso la hora del Warm-up se nos echaba encima, le pedimos que no se preocupase por nosotros y, tan amable como siempre, nos orientó un poco sobre la situación del bar, de la disposición del Paddock, el lugar donde se realizarían los trompos al final y, por supuesto, de la ubicación del Box del equipo CEPSA, el más vistoso y concurrido del parque de trabajo.
Paseo para arriba y para abajo, para la derecha y para la izquierda, fuimos cogiendo sitio para contemplar por primera vez los camiones del Campeonato de Europa, que desde el primer segundo y a pesar de no estar corriendo al máximo, nos impresionaron muchísimo.
Al término de las mangas, los Clio tomaban la pista mientras nosotros volvíamos a intercambiar impresiones con nuestro amigo, con lo que otro paseo por el Paddock y la recogida de posters y postales firmadas, se convirtió en una nueva afición, conociendo a gente amable como Enrique San Juan, que estuvo muy atento con nosotros.
De vuelta, tras un leve paso por la zona Clio, volvimos a ver el Box de CEPSA, pero alguien tan mediático como Antonio Albacete, se veía rodeado cada segundo por multitud de gente, con lo que decidimos dejar para más delante nuestro encuentro.
Sin mucho tiempo para más, cogimos sitio para presenciar los entrenos que colocaban a Antonio tercero, con lo que tras las dos Victorias del Sábado, complicaba las cosas ya que Bosiger comandaba el grupo de gigantes. Situados en la zona que da visibilidad entre la Pelouse y la bajada hacia Bugatti, vimos como a cada vuelta la guerra por delante era a la décima, hasta que en una de las vueltas Bosiger ya no estaba, ¡¡¡pero no!!!, Albacete venía muy retrasado, por lo que tras contar más mal que bien a causa de los nervios, le colocamos mentalmente en el séptimo puesto. Las vueltas se sucedían y, arropado por el clamor de los miles de aficionados, Antonio iba avanzando puestos hasta que conseguía colocarse cuarto, pero no dejando de lamentarse por la ocasión perdida de dar un buen golpe de mano al equipo suizo.
Mientras la “manada” de camiones americanos se hacían los dueños de la pista con sus sonidos atronadores y sus nubes de humo, Iván nos recibía en el box para contarnos que había esperanzas, pero la cosa estaba muy complicada. El acceso a Antonio, como siempre, imposible, con lo que nos limitamos a examinar el TGA 410 minuciosamente, quedándonos de primeras con detalles como el emplazamiento del motor más centralizado de lo normal, los latiguillos de refrigeración de frenos, la blandura de los neumáticos derivados de los de F1 y sobretodo. del habitáculo desde el que manda Antonio, con una consola completísima con infinidad de botones e indicaciones, debilidad en potencia de cualquier jugador de videojuegos.
Tras otro intercambio de opiniones, todas ellas relacionadas con el mundo del motor, nos despedimos de Iván, para tomar un refrigerio y presenciar la carrera de los Clio y la definitiva de los camiones. La ausencia de circuitos en el norte, hace que nuestra afición a las copas de promoción se reduzca a los rallyes, pero el enjambre de Renault que llenaba el trazado, nos hizo meternos en harina para reconocer nombres como Navarrete, Gabari, Mesalles y demás. que protagonizaron una carrera no muy apasionante, con el primero de ellos dominando aplastantemente de principio a fin, en lo que iba a ser el aperitivo para ver a nuestro, cada vez más ídolo, batirse el cobre contra media Europa para que el título se quedase en Madrid.
El Speaker lo tenía claro, con Bosiger saliendo en la parte trasera, Antonio debía ser segundo y si el suizo puntuaba, el nuestro debía ganar. En la salida lanzada, el MAN se tragaba a dos de sus contrincantes, pasando de un plumazo a la segunda posición, para comenzar a achuchar al alemán Hahn, mientras Bosiger remontaba posiciones lentamente. Pero cuando entraba en los puntos, una avería mecánica le obligaba a retirarse, permitiendo a Antonio rodar más tranquilo y terminar una emocionante carrera en la segunda posición y, sobretodo como Campeón de Europa por tercera vez consecutiva.
Tras ver el repertorio de trompos que nos tenían preparados los participantes, la visita a la entrega de premios era obligada, con lo que nos plantamos allí para ver la cara de satisfacción de Antonio y la entrega del trofeo de manos de la madrina del equipo, Anne Igartiburu. De repente, vimos a Iván que era felicitado por la gente y nos unimos sin dudarlo:
- Enhorabuena.
- Gracias. Por tercer año. Esto es impresionante… con lo difícil que estaba…
- ¿Te doy el dibujo?
- No, esperamos a que pase esto y se lo das a Antonio personalmente.
Perdiéndonos un poco entre la gente para no molestar, fuimos haciendo tiempo para que el volumen de personas disminuyese, pero de vuelta al box no encontramos a ninguno de los protagonistas del fin de semana. Un mecánico nos comentaba que habían puesto una reclamación en su contra y estaban reunidos con la FIA. Nos lo tomamos con filosofía y nos dimos otro paseo, pero al ver que se alargaba la cosa y que debíamos cruzar media España de camino a casa, llamamos a Iván:
-¿Cómo va todo?
- No sabemos nada, ¿os vais ya?
- Se hace tarde, tenemos que irnos…
- Muy bien, veniros por la zona de prensa y le damos el dibujo a Antonio.
Dándonos prisa para no entorpecer mucho la situación, nos acercamos a la escalera de acceso que ya utilizaban Antonio e Iván para bajar, con lo que la gente corría a abordarlos preguntándoles por el título. Al comunicarles que todavía no se sabía nada, el ánimo general decayó, aunque no el nuestro que aumentaba a medida que el madrileño se centraba en nosotros y en el dibujo que le habíamos preparado. El oír las palabras de Antonio diciendo lo guapo que le parecía, nos llenó de orgullo, aunque expresar lo que se siente cuando una persona de su entidad, valora el trabajo de las últimas semanas, es más que complicado y más, cuando la sensación de satisfacción se unió para una foto, que presidirá para mucho tiempo uno de los mejores lugares de nuestra casa y para siempre nuestra mente.
Con una sonrisa de oreja a oreja, emprendimos el camino de regreso, no dejando de comentar cada momento de la jornada, valorando cada gesto que tanto Iván como el equipo tuvieron con nosotros, así como entristecernos pensando en que habíamos hecho unos buenos amigos que íbamos a tardar en volver a ver.
Como el mismo Iván nos ha informado, tras apelar la primera decisión, a finales de Octubre han desestimado los recursos en contra de Albacete, con lo que el título es suyo de nuevo, así como del equipo, la afición y, en parte, un poco nuestro. ¡Enhorabuena! ¡Ya van tres! Esperamos que sean muchos y poder disfrutarlos a vuestro lado en alguna ocasión más. Gracias por hacernos felices por un día, un abrazo, CAMPEONES.
Reportaje: Hugo
Fotos: 12,14,16,18,19,23.- David Díaz; 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10,11,13,15,17,20,21,22,24.- Hugo