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Por suerte, aunque muchas veces lo parezca,
el Shakedown no está limitado sólo a los "oficiales" y gente como Sandalio
hacen que los minutos sean más amenos, con una conducción muy descarada,
quizá ausente en los tramos contra el crono, muchas veces con unas cruzadas
que se echan de menos el día siguiente. La foto que nos presenta Omar está
sacada en el Shake de Llanes del 2005, con Flórez dando una lección de cómo
se aborda una intersección. |
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Como siempre, en la Subida a Castrillón son asiduos
participantes muchos pilotos de la zona como es el caso de Ignacio Fragale
que no suele faltar a su cita con las rampas de la prueba. En la edición del
2005, estuvo en la salida aunque no en la meta, debido a un pequeño golpe
que sufrió su Fórmula Renault en su bigotera a la salida de la paella de
Merou. Una pena, ya que a juzgar por la foto de Rober de Trevías, el de El
Rebolú, subía rápido y de costado. |
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El caso de Telmo Entrecanales, fue algo
distinto ya que consiguió terminar el rallye de Avilés 2006, muy retrasado
entre los 206 y aún más en la general, pero en la meta al final. Todo ello a
pesar del susto que se dio en el tramo de San Pedro donde llegó a flirtear
con el guardarrail, por suerte para él, sin consecuencias. Juanjo de Grado
consiguió retratar al cántabro en plena maniobra, peleándose ya con la
marcha atrás. |
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Aunque se prodiga más en los
rallyes, Jose Manuel Díez, más conocido por Bouzas, se presentó en la Subida
a Muncó en el 2006, con su Renault 11 Turbo, más centrado en dar espectáculo
que en los tiempos y, como lo segundo quedó plasmado en la clasificación
final, lo primero hizo lo propio en esta foto de Gonzalín que, bien colocado
se trajo para casa una instantánea de las de enmarcar. |
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El cometido que tenía el piloto local,
Capulla, para la I edición del Rallysprint de Castropol en el 2006, no era
otro que el de abrir carrera con su 127 artesanal, luciendo el 00 en sus
puertas. Lo demás venía de propina y, como ya demostró en Arroes, la
conducción del pequeño Seat no tiene secretos para él, con una combinación
de cruzadas y frenadas imposibles propias del Mundial. Así, la gente vibró
con cada pasada del coche rojo, como vibró Hugo, cuando vio en su cámara la
secuencia de fotos que acababa de hacer, en la que se ve como entra en el
pueblo de El Grilo de costado frenando hacia la derecha, para cambiar todo
el coche y coger la siguiente a izquierdas. Lo dicho, de Mundial. |